El otro día, en una reunión de amigos una de ellas nos comentó que la habían llamado para una entrevista de trabajo. Otro amigo la sonrió y le dijo, “Sé las preguntas que te van a hacer”. Evidentemente todos los presentes nos giramos hacia nuestro amigo con atención y gran expectativa. Ella preguntó “¿y qué me van a preguntar?”
Él le explicó con todo lujo de detalles el orden de las preguntas, el motivo por el cuál se lo iba a preguntar y no sólo eso, además la aconsejó qué responder en cada una de las preguntas.
Si los reclutadores tienen un guión ¿quién dice que los entrevistados no puedan preparárselo también? Y si es así ¿cómo sabremos si estamos ante el candidato ideal en cada puesto de trabajo?
Evidentemente disponemos de varias herramientas y métodos para valorar si un candidato es el mejor para el puesto que intentamos cubrir, pero ¿y si preparáramos un formato de entrevista o preguntas que l@s candidat@s no se han preparado?
Con una entrevista fuera del guión estándar si la conducimos correctamente podríamos ver cómo es una persona en realidad, cómo se comporta en casos extremos o incluso sus expectativas.
Hoy os traigo dos ejemplos de reclutamiento personal poco convencionales. El primero es un test que encontré casualmente por internet sobre cómo evaluar la personalidad de una persona mientras que el segundo ejemplo es un sistema de reclutamiento llevado a cabo por Heineken.
Test japonés para evaluar tu personalidad
La entrevista de Heineken
Para la reflexión
Después de ver ambos ejemplos me gustaría que reflexionáramos sobre si hemos pervertido el sistemas de reclutamiento de personal en aras de escalar y reducir la carga de trabajo para al final depreciar el objetivo final que es escoger el candidato ideal para un puesto en concreto.
Quizá el método de Heineken es muy complejo de llevar a cabo pero seguro que os ha dado ideas para llevar a cabo un proceso de reclutamiento de personal diferente.
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