La motivación intrínseca se refiere a aquel comportamiento impulsado desde el interior de un individuo para realizar una acción sin que interfiera un estímulo externo. ¿Pero cómo podemos incentivar la motivación intrínseca en la formación?
La motivación en formación
Cuando los empleados inician una actividad formativa, las motivaciones pueden ser variables. Para algunos las motivación de querer aprender algo nuevo está sujeta a motivaciones externas. Por ejemplo, porque se espera recibir una recompensa física o por la obtención de algún tipo de premio a cambio.
Sin embargo, ¿no debería el aprendizaje estar ligado a que las personas mejoren o innoven las tareas que realicen cada día?
Después de haber participado en el diseño e implementación de algunos cursos corporativos he aprendido que si lo que buscamos es que nuestro empleado tenga un rendimiento más alto en la organización, no podemos incentivarlos única y exclusivamente con estímulos externos, o al menos no siempre.
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Una aproximación a la motivación intrínseca
Está demostrado que las personas ponemos más énfasis en lo que hacemos cuando existe una motivación que va más allá de una recompensa meramente externa (un incentivo económico por ejemplo), por tanto una motivación intrínseca.
Con esto no quiero decir que no deban existir incentivos económicos, sino que las personas podemos, incluso, poner más ganas o más entusiasmo cuando hay una razón que va más allá de realizar una tarea a cambio de una compensación económica.
Un ejemplo sencillo sería el que impulsa a algunas personas a compartir libremente sus conocimientos para ayudar a otros compañeros de la organización a realizar mejor su trabajo.
No obstante, la motivación intrínseca, como ya sabemos parte del individuo, así pues uno podría pensar que no podemos hacer nada para incentivarla. Sin embargo, opino que desde la organización existen algunos mecanismos para incentivarla.
Es por ello que aquí os dejo algunas ideas para promover la motivación intrínseca que he utilizado en alguno de los cursos en los que he participado.
1. Aprender para un bien superior
Alimenta la idea de que el aprendizaje es para un propósito superior que tiene un alcance mayor al individual. Vincula la idea de que el aprendizaje no sólo tiene que ver con aprobar o suspender un examen que están obligados a realizar, sino que ésta forma parte de un rompecabezas, de un proceso para alcanzar un objetivo específico.
Pregúntales dónde les gustaría estar en 5 años, que piensen en qué pasos deberían tomar para llegar a ese objetivo y vincula cada uno de los pasos con los cursos que están realizando.
Demuestra que el proceso de aprendizaje tiene sentido y encaja dentro de un engranaje para su crecimiento profesional y personal dentro de la organización

2. Fomenta la curiosidad convirtiendo el aprendizaje en un reto
Las formaciones no siempre son bienvenidas por todos, es por ello que es muy importante empezar con buen pie.
Empieza la formación o la lección con una pregunta o una situación que necesite resolverse utilizando el conocimiento de los participantes.
Ofréceles una razón o un propósito que justifique la formación a la que tienen que enfrentarse.
Déjales que sean ellos que demanden la información para resolver un problema en vez de ofrecer la clásica lección donde ellos se sientan frente a ti o al módulo de formación on line en una actitud pasiva. ¡Deja que tomen las riendas de su formación!
Ejemplos:
- Empieza el curso con una cita o una pregunta
Convierte la formación en una aventura: accede al ejemplo aquí.

3. No castigues los fallos, por el contrario, promueve las segundas oportunidades
Evita la idea de penalizar a los estudiantes por haberse equivocado. Por el contrario, convierte los exámenes en oportunidades de aprendizaje concediendo segundas oportunidades.
Promueve la idea de que fallar no es negativo, sino que lo negativo es ser incapaz de aprender de los errores, volver a intentarlo y corregir los errores del pasado.
Ejemplo: Utiliza emojis para evaluar
4. Hazles sentir que son capaces de tener éxito
Promueve la idea de que para que consigan su objetivo tienen que ganárselo.
Como su tutor, o formador también debemos actuar como su coach. Por tanto, los vamos a orientar, guiar pero hay que transmitir y fomentar la idea que al final, los responsables últimos de su éxito serán ellos mismos.
5. Si una tarea ha sido difícil pero tiene final feliz aprovecha para felicitar el esfuerzo
Si un estudiante ha superado una prueba difícil y sabes que es una prueba compleja, se merecen que reconozcas el esfuerzo. Ten en cuenta cuál es el mejor momento en cada caso.
Algunos necesitarán un reconocimiento formal delante de los compañeros, otros, en cambio, prefieren algo más privado. Tu como experto, deberás ser capaz de escoger el mejor momento en cada caso.

6. Promueve la consecución de logros a través del trabajo colaborativo y no individual
Si para tu organización es importante que los empleados trabajen en equipo, promueve los logros que se consiguen en grupo en vez de los logros individuales para incentivar el trabajo colaborativo.
